domingo, 4 de enero de 2015

Love vs. Fame

THE COMEBACK - Segunda Temporada


Tengo una carta para ti

El último capítulo emitido de Mad Men, Waterloo (7x07), se cerraba con un, ya icónico, número musical en el que Bert Cooper nos cantaba que “las mejores cosas en la vida son gratis”. Más de medio año después, Valerie Cherish, la destroyer protagonista de The Comeback, viene a confirmar la premisa en el final de esta segunda temporada, durante 10 de los minutos emocionalmente más potentes que he visto en los últimos tiempos. Esta comedia narra, para los no iniciados, el regreso a la vida profesional de una actriz de sitcoms caída en desgracia, Valerie Cherish (Lisa Kudrow, en una de las mejores y más salvajes interpretaciones cómicas que yo haya visto jamás) a través de la grabación de un docu-reality que nos muestra sus meteduras de pata y humillaciones varias tanto dentro como fuera del rodaje de su nueva serie.

Tras 9 años en el cementerio televisivo, en su comeback, The Comeback (el chiste/perogrullo era demasiado fácil, lo siento) ha parido una de las grandes entregas, y uno de los relatos más redondos, de la temporada televisiva 2014/2015 que está ahora mismo en su ecuador. Para HBO producir The Comeback era una pérdida de dinero en 2005 y lo sigue siendo en 2014. No es una serie ideada para ser un éxito, sino una ficción de culto. Tiene demasiadas capas narrativas, es demasiado incómoda, y dispara a dar a la industria de la que procede. Puede ser que nunca veamos una tercera temporada de la serie de Lisa Kudrow y Michael Patrick King. También puede ser que vuelva a resucitar dentro de 10 años. Los devenires de Hollywood son inescrutables. Nunca mejor dicho.

Como espectador de la serie la observo con una deformación de partida, para mí entre una temporada y otra de The Comeback, no han pasado 9 años, sólo un par de meses. Como muchos otros, imagino, me senté a verla de cara a estar preparado para su regreso. Sumida en la vorágine de grandes clásicos de HBO, The Comeback era una serie de la que nadie se acordaba, que pasaba muy desapercibida. Lo cual es entendible, al fin y al cabo fue un fracaso y es una producción muy pequeña. Pero también es curioso, en términos más artísticos que de éxito comercial (y de premios), porque para mí (y sin contar Curb your enthusiasm que no la he visto aún) The Comeback es la mejor comedia que ha producido jamás HBO. Precisamente, es curioso que la resurrección de la serie haya llegado justo cuando el nivel de las comedias (o “comedias”) en la parrilla de HBO es el mejor de su historia. Veep, Girls (“”), Silicon Valley, Looking (“”) y el inminente estreno de Togetherness, así lo atestiguan. Si HBO ha traído de nuevo The Comeback a nuestras vidas es porque se lo puede permitir, porque sabe que más allá de audiencias y premios, está su marca, y The Comeback hace marca, porque confirma el status de HBO como la cadena de televisión más audaz del mundo. Una serie sobre un docu-reality que sigue a una actriz mientras rueda una serie, es tan meta, tan deliciosamente enrevesado e ingenioso, que si se podía emitir en algún sitio tenía que ser en la cadena que dice no ser televisión. En tiempos de Netflix, Amazon y otras invasiones bárbaras, a HBO le viene de perlas recordarnos que aún sigue siendo ese poblado galo que emite lo que nadie más se atreve a emitir, o mejor aún, lo que nadie más puede emitir. La marca lo es todo. HBO no le ha hecho un favor a Lisa Kudrow. Aunque parezca que le han dado limosna, en realidad es Lisa Kudrow la que le ha hecho un favor a HBO devolviéndole una obra maestra sobre el mundo de la televisión, más pulida y certera que la que estos no supieron apreciar hace 8 años. Y lo ha hecho bañada en pullas y coñas sangrantes contra la Home Box Office. Desde el paseo por el hall de la fama de las series de la casa (¿The Wire? ¿Qué es eso?), hasta el hecho de que “la ganadora de un Oscar” Jane (Laura Silverman) ya no grabe un docu-reality sino un “documental de HBO”, pasando por el sexo, las drogas, las secuencias oníricas y demás ínfulas de autor que caracterizan a las series de la cadena.

"Es mi Matthew McConaughey"

A partir de aquí, spoilers de toda la temporada
Obviamente no sólo HBO ha recibido ostias este año. Le han dado hasta al apuntador. Un retrato desolador de la industria audiovisual de Hollywood como una selva en la que o vendes tu alma al diablo o pereces. Para medrar tienes que sacrificar tu vida personal y precipitarte hacia adelante, en una continua huída hacia ese no-lugar que es el estrellato más absoluto, y que en esta temporada se ejemplifica en el ansiado Emmy, que desea con todas las fuerzas del mundo Valerie. En el camino hacia el mismo, se pone en ridículo, abraza las mentiras de Paulie G. (Lance Barber) sobre lo sucedido en la T1, arruina su matrimonio con Mark (Damian Young) y descuida a su mejor amigo, Mickey, la marica buena definitiva (extraordinario Robert Michael Morris, tierno, hilarante, vulnerable e ingenioso, todo a la vez), enfermo de cáncer.

Si nos atenemos a lo que acabo de contar, podríamos pensar que The Comeback es un dramón, digno, efectivamente, de HBO. Pero no. La serie de Kudrow y King es una comedia hilarante, que hace de la situación más incómoda, risa, y del momento más trágico (en el penúltimo episodio cuando Valerie piensa que Mickey está muerto), carcajada. Otro de los grandes méritos de la serie es, ser irónica y cínica pero a la vez emotiva, incluso sentimental. Lacónicamente descacharrante. No deja títere con cabeza y no le ahorra a su protagonista ninguna humillación, pero es una serie profundamente sensible. Justamente en este ámbito es dónde The Comeback ha pegado un salto de calidad de una temporada a otra. Antes esta dimensión emocional (ese matrimonio en crisis, ese amigo moribundo, ese sacrificio sin fin por el éxito) no estaba explotada. En su segunda temporada, la ficción nos ha ahorrado muchas secuencias del rodaje de la serie (Seeing Red, la carta de ajuste de Paulie G., cuyo papel interpreta Seth Rogen) y se ha centrado mucho más en la esfera personal de la protagonista. Paulie G. es un gran villano, pero funciona mucho mejor en pequeñas dosis, porque es demasiado pérfido, una caricatura demasiado grotesca de lo peor de la industria.

A modo de conclusión, The Comeback ha mantenido todo lo mejor que tenía su concepción original, ha añadido una esfera dramática madura y tierna que no tenía y ha producido 8 capítulos sensacionales. Sobre todo el sobrecogedor último episodio, en el que Valerie nada a través de su propia mierda (literalmente), sacrifica su momento de gloria (recoger su Emmy) por los dos hombres de su vida (Mark y Mickey), en un momento de anticatarsis catártica glorioso, el culmen no era el speech del Emmy (esa secuencia del ensayo del mismo es brutal), sino la salvación emocional. The Comeback deja de ser un falso docu-reality y se vuelve “un drama de HBO”. Cambia la dirección, la fotografía, el montaje y sobre todo cambia Lisa Kudrow, que pasa de la exageración más graciosa a la más tierna de las sutilezas. Y en esos 10 minutos finales de Valerie Gets What She Really Wants (2x08), The Comeback se confirma como una de las series más inteligentes, redondas y emotivas de la televisión actual. Es más importante el amor que la fama. El amor está ahí siempre, la fama es efímera. Ouch.

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