jueves, 4 de diciembre de 2014

Un día para ser pesimistas. The Newsroom 3x04

THE NEWSROOM - Contempt


Spoilers hasta el 3x04 de la última serie de Sorkin



Hemos cruzado ya el ecuador de este último tomo de The Newsroom, ya sólo quedan dos capítulos por delante, y todas las cuestiones por dirimir se pueden clasificar en dos apartados. Por un lado, el futuro de ACN y Will McAvoy (y del periodismo en general, así, en plan mesiánico). Por otro lado, la suerte que correrán las diversas relaciones afectivas que hay en la serie (esa boda <3). Let Sorkin be Sorkin.

Aaron Sorkin es consciente, en mi humilde opinión, de que es un tipo analógico en un mundo digital. Y no tiene ningún problema en reconocerlo. De hecho se siente orgulloso de ello. The Newsroom en su totalidad, desde el ya famoso speech inicial de Will McAvoy en el 1x01, hasta su final, ha tenido como idea-fuerza que hay que recuperar los valores. No en un plano carca, sino en un plano ligado al honor, a la integridad, a la ética. El periodismo debe ser Woodward y Bernstein no TMZ. La política debe ser idealista no oscurantista. Desde los inocentes (e inconscientes) años 90, ambas esferas han evolucionado tanto como la distancia que hay entre The West Wing y House of Cards US. Todo este cinismo que ves, antes era monte. Vivimos tiempos, efectivamente oscuros. El Estado nos espía, la política internacional es una ciénaga, la doméstica con sus crisis concatenadas aún peor, los tweets y los capitales circulan a la velocidad de la luz por todo el planeta… Vivimos en la era del frenesí. Del espectáculo 24 horas al día, 7 días a la semana. Sorkin, aquí encarnado por el Will McAvoy de Jeff Daniels, es ese hombre a ratos estoico a ratos enfurecido, que grita en medio de la multitud “¡que alguien para el mundo!”. El problema es que el mundo no va a parar jamás. Estamos en una espiral en la que cada vez la maquinaria del sistema necesita ir más rápido para seguir funcionando. Todo esto se ve en este 3x04: Contempt. Tenemos a McAvoy aceptando ir a la cárcel con tal de no revelar su fuente y mantener la integridad del periodismo. Tenemos a los Mark Zuckerberg del mundo, encarnados en el personaje de BJ Novak, dispuestos a descuartizar esa integridad en el mismo tiempo en que le doy a “me gusta” a una publicación de Facebook. Tenemos también al Estado paranoico que ve enemigos en todas partes, sobre todo en sus entrañas. Y por último tenemos a las grandes multinacionales moviendo miles de millones de dólares en cuestión de segundos, como quién va al super a comprar una barra de pan. Este es el mundo en el que vivimos. Sorkin nos lo ha resumido maravillosamente en menos de 1 hora. Pero mientras él cree, Ave Maria mediante, que hay esperanza, yo creo que estamos muy pero que muy jodidos.

No juzgarás
La relación entre Jim (John Gallagher Jr.) y Hallie (Grace Gummer) se ha desmoronado definitivamente. Teniendo en cuenta que desde el primer episodio de la serie sabemos que Jim terminará con Maggie (Alison Pill), era algo que tenía que pasar, ahora que nos precipitamos hacia el final. Lo interesante no ha sido por lo tanto el qué, sino el cómo. Vamos, como en la vida misma. Hallie no ha podido soportar estar con alguien que se pasa el día juzgándola y sentenciándola (por amarillista) y Jim no ha sido capaz de amar a alguien cuyo trabajo desaprueba. ¡Era la ética, estúpido! En el meollo de esta ruptura nos encontramos con la espinosa cuestión de “¿puede el amor vencer al juicio personal?”. ¿Juzgar es una forma de amar? ¿una retorcida forma de amar?. O por el contrario, ¿amar es no juzgar al otro?, amarlo tal como es, no según nuestros propios código de lo que está bien y lo que está mal, lo que es importante y lo que no. Seguramente, como en todo, no sea una cosa o la contraria, blanco o negro, sino que una relación bajo estas circunstancias funcionará en la escala de grises. Aún así es algo que me perturba, no creo que pudiera estar con alguien que no entendiera lo que hago. Y teniendo en cuenta que soy investigador en ciencias sociales, me encuentro a menudo con personas que no entienden lo que hago, o lo que es peor, creen que no es en absoluto importante. El síndrome de “No estás curando el cáncer”. Justamente The Newsroom viene a señalarnos que hay tantos problemas en nuestros sistemas sociales, políticos, económicos y comunicativos, que las ciencias sociales sí que son importantes. El ser humano no es un mero ensayo-error, blanco o negro, y así volvemos a la escala de grises. Somos una especie que lucha por flotar en un mar de grises.

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