martes, 16 de diciembre de 2014

En mañana. The Newsroom 3x06

THE NEWSROOM - What kind of day has it been?


Y ¡corten!

En el final de The West Wing, Abbie Bartlet le preguntaba a Jed Bartlet “¿en qué piensas?” y él contestaba “en mañana”. Y lo que siguió a esa frase final, que miraba hacia el futuro, fue un fundido a negro que cerraba siete años de una de las mejores series de la historia de la televisión. Aaron Sorkin, su creador, se había ido de la misma al final de la cuarta temporada. Por lo tanto, ese diálogo no es suyo. Pero podría haberlo sido. The Newsroom echó el cierre el pasado domingo en HBO mirando, también, hacia el futuro con optimismo. Termina así una serie que nunca estuvo a la altura de las expectativas creadas a su alrededor, que siempre caminó sumida en un mar de críticas furibundas y que generó numerosos y encendidos debates. Quizás ese sea el gran legado de The Newsroom, habernos empujado a tratar temas relevantes del mundo en el que vivimos, de los medios de “comunicación” que padecemos, del tipo de ciudadanos que somos. Para mucha gente en casi todas las ciénagas en las que Sorkin se zambulló lo hizo de la forma equivocada. Sobre todo en lo relacionado con la mujer. La mujer como tema. Yo creo que a veces acertó y otras muchas, efectivamente, no fue capaz de leer el mundo en el que vivimos. Sorkin cree en un mundo que ya no existe, o lo que es peor, en un mundo que posiblemente nunca existió. No tuvo la sensibilidad y la agudeza necesarias para hablar sobre las discriminaciones que sufren las mujeres, y en cambio le sobró condescendencia para hablar de lo que hacen mal los medios. Más allá de todo ello, quizás el gran problema de The Newsroom fue la ausencia de grises. En un mundo tan convulso como el actual el “esto es bueno y esto es malo” ya no sirve. The Newsroom no debió habernos gritado su discurso, debió habernos germinado con el bien de la duda. Generó enormes debates, pero si hubiera sido menos obvia, más sutil, más compleja, hubiera generado muchos más.

Spoilers del final de la serie 
El final feliz
Estaba claro que The Newsroom iba a terminar con un final esperanzador. Daba igual lo torcidas que estuvieran las cosas. Tenía que acabar bien. El humanismo idealista/buenista de Sorkin se iba a imponer. Y así sucedió. No se molestó demasiado en trabajar la resolución de los conflictos. Ha sido su último “porque lo digo yo”. En el mundo real MacKenzie no sería ascendida y ACN no volvería a ser una cadena que cree en la televisión como servicio público. Esas cosas no pasan. Las grandes empresas mediáticas caminan irreversiblemente hacia la banalización total. Leed El País, ved la CNN. El viejo periodismo ya no es periodismo. Sinceramente no sé lo que es. Y lo peor es que los que lo practican tampoco lo saben. Pero Sorkin nos dice que sí. Que hay esperanza. Que una gran televisión puede ejercer su función de servicio público, que puede facilitar el ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos. Ojalá yo pudiera ser tan optimista. Sí creo que el periodismo no está muerto. Simplemente se ha refugiado en otros medios. Entendiendo medios no como empresas mediáticas sino como herramientas, plataformas, espacios. Un debate que organiza una asociación sobre vulneración de los derechos de los jóvenes, por ejemplo, puede ser gran periodismo, pegado a la realidad. Una revista cimentada sobre reportajes y entrevistas en profundidad a expertos en diversas áreas puede ser gran periodismo. Una web con artículos bien documentados e ideas atrevidas sobre política, sobre cultura, sobre economía… puede ser gran periodismo. Y así hasta el infinito. En estos tiempos en los que el ciudadano se ve bombardeado por una cantidad inasumible de información, la profundización y la especialización son las salidas. Ésta, obviamente, es mi opinión. Lo bueno de vivir en un mundo con tantas posibilidades comunicativas a nuestro alcance es, precisamente, que cada uno podemos lanzar nuestras ideas y confrontarlas con las de los demás.

Devoto fan de esta pullita final

Había empezado a escribir este texto nadando en pesimismo y, sin embargo, aquí estoy, diciendo que no todo es negro. Supongo que al final, todos tendemos hacia el optimismo. Por eso le perdono a Sorkin lo inocente que ha sido este 3x06, What kind of day has it been (título de capítulo que está en todas sus series). Will (Jeff Daniels) y MacKenzie (Emily Mortimer) van a tener un hijo. Maggie (Alison Pill) y Jim (John Gallagher Jr.) por fin van a estar juntos y los dos haciendo lo que quieren en el terreno profesional y Sloan (Olivia Munn) y Don (Thomas Sadoski) también están encantados con sus vidas compartidas. Los informativos van a seguir siendo profundos. La web de ACN también volverá incidir en esa profundidad. Y un largo etc. El sacrificio de Charlie (Sam Waterston) valió la pena. Al final, todo ha salido bien. La magia de la ficción. Sorkin no ha pretendido nunca ser realista, aunque la masilla con la que construyera su serie fuera la realidad. Pretendía, y consiguió, ser idealista. Hablar de la realidad desde una visión idealizada de la misma. Puede ser criticable. Sin duda. De hecho yo prefiero a un David Simon (The Wire, Treme) que es capaz de imprimirle a la realidad optimismo, que a un Sorkin que intenta bañar el optimismo en realidad. Pero posiblemente ambos sean necesarios. Sorkin no tiene por qué ser Simon. Me da mucha pena el final de The Newsroom, porque me gustaba que me recordara que el mundo podía ser mejor, que la profesión periodística podía ser mejor. Me gustaba, además, que azotara con tanta vehemencia a las empresas mediáticas, aunque al final acabara siendo bastante dócil con las mismas. Me gustaba porque a pesar de los mil y un defectos, me gusta que Sorkin sea optimista, ya que yo no lo soy por lo menos que lo sea él. Let Sorkin be Sorkin.

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