miércoles, 31 de diciembre de 2014

Mis series favoritas de 2014

Tras las cuatro listas de final de año precedentes (terminadas, rookies, miniseries y sophomores), es hora de poner, a modo de broche, la lista más importante, las mejores series del año. Fuera se quedan grandes estrenos como Transparent, Halt and catch fire o The Leftovers, ese placer que es The Comeback, esa gozosa tortura que es Hannibal, ese happy place que es Shameless, o las finalizadas The Killing y Boardwalk Empire. Ha sido un año seriéfilo apasionante. Con años así, da gusto estar siempre hasta arriba de series (chistaco).

10. Veep (HBO)
Quizás sea la única comedia de la lista. Y posiblemente por ello esté aquí, además, claro está, de porque lo merece. La tercera temporada de Veep ha sido un placer de principio a fin. Con diálogos brillantes cargados de cinismo es un ataque frontal a la política de saldo. Una serie necesaria para entender este mundo banalizado en el que vivimos.

9. Girls (HBO)
Algo ha cambiado en la serie de Lena Dunham este año. Ha madurado. En esta temporada tan centrada en la muerte y la familia, Girls ha dado un paso hacia adelante, presentando una serie mucho más redonda y pulida. Incluso ha tenido más momentos cómicos. Desde luego ha sido todo un placer.

8. Homeland (Showtime)
Y Lázaro resucitó. Homeland ha volado alto este año, sobre todo en su tramo central. Ha vuelto a centrarse en lo importante: en Carrie y sobre todo en explicarnos de forma amena la turbulenta política exterior de unos Estados Unidos acuciados por sus enemigos. El problema siempre fue alargar la presencia de Brody más allá de lo narrativamente coherente. La próxima temporada está llamada a confirmar que hay Homeland para rato. Cada vez a USA le van apareciendo más incendios. De aquellas tormentas, estos lodos.

7. Game of Thrones (HBO)
Otra temporada rotunda de este relato fascinante sobre los juegos de poder. En el año de Tyrion y los Lannister nada podía salir mal, y así fue. Con varios capítulos brillantes, ha sido una temporada llena de tensión y emoción. Ha tenido algunas tramas, como siempre, que no han funcionado tan bien (hola Daenerys), pero por secuencias como la del juicio o la de la pelea entre la Víbora y la Montaña, lo compensan todo. Ojalá la serie no pegue un bajón tan grande como los libros en la próxima temporada.

6. Fargo (FX)
De las tres siguientes series ya hablé en listas anteriores (y en varios post a lo largo del año), así que no tengo mucho que añadir. Fargo es un salvaje e hipnótico entretenimiento de calidad. Quizás la temporada más redonda del año seriéfilo. Entre lo sobrenatural y los instintos humanos más bajos, seguimos a un grupo de personajes memorables entre la nieve y la niebla. Ojalá vuelva pronto con otro irónico relato sobre la violencia humana.

5. True Detective (HBO)
Entre el boom de “mejor serie de la historia” y el anti-boom de “aburrida, pretenciosa, vacía”, lo que emitió HBO fue una serie soberbia, que sin inventar nada, ha entrado directamente a ser considerada una ficción de referencia en el panorama actual. Es verdad que empezó mejor de lo que terminó, y que tuvo muchas aristas, pero no es menos cierto que fue visualmente deslumbrante y narrativamente desafiante. Sin duda el plano-secuencia del 1x04 ha sido, en mi humilde opinión, el gran momento seriéfilo de 2014. Gracias por todo Nic Pizzolatto y, sobre todo, Cary Fukunaga.

4. House of Cards (Netflix)
Asomarse a las ciénagas del poder, saltar al vacío y bucear por ellas. Eso es lo que propone House of Cards cuando nos pide que acompañemos a los Underwood hasta el mismísimo infierno. Amorales, obsesivos, brillantes. Este matrimonio siempre se mueve por el filo de la navaja, haciendo equilibrios imposibles. Pero al final, siempre, caen de pie. Devoré la temporada sin darme cuenta, los engranajes del poder son tan vomitivos como fascinantes.

3. Louie (FX)
Quiero tanto a las tres series de mi pódium de 2014, que no sé muy bien qué decir que no haya dicho ya a lo largo de todos estos años. Louie es la serie que más me cala. Me emociona, me destroza, me hace reír, me hace pensar, hace que me sienta optimistas unas veces y pesimista otras. Es una serie preciosa sobre la incomunicación y la soledad en el espacio urbano. Sobre llegar a la mediana edad y no sentirse realizado, dudar de ti mismo, de lo que has construido, y tener miedo. Mucho miedo. Es la gran serie de autor de la televisión. Una obra descomunal. Esta cuarta temporada ha sido extraordinaria. Louis CK, eres un jodido genio.

2. Mad Men (AMC)
La primera parte de la última temporada de Mad Men ha sido soberbia. Salvo el primer capítulo, en el que teníamos a nuestros protagonistas hundidos, y por lo tanto funcionó a medio gas, ha sido una tanda de episodios descomunal. Don y Peggy han evolucionado una barbaridad. Y esa evolución, ese viaje de autodescubrimiento, ha sido tierno y doloroso, pero sobre todo catártico (The Strategy, 7x06, es EL capítulo del año). Los cimientos son sólidos, los últimos siete capítulos de Mad Men tienen que ser sobresalientes, sí o sí. Una despedida por todo lo alto.


1. The Good Wife (CBS)


A estas alturas todo aquel que me conozca lo más mínimo sabía que esta serie iba a estar en esta posición. En 2014, The Good Wife no ha tenido rival. Ha jugado en otra liga. La de la excelencia cuasi milagrosa. Entre la recta final de la T5 y este demoledor arranque de la T6, me ha tenido con el corazón encogido y las uñas en la boca. No hay serie que me atrape, me divierta y me llene más que The Good Wife. Es inteligente, reflexiva, graciosa y triste. Una mirada clarividente al mundo actual, a los temas más espinosos, a la corrupción, al simulacro constante en el que vivimos. Nadie escribe en televisión, hoy por hoy, como el matrimonio King. Nadie. Larga vida a Alicia Florick.

martes, 30 de diciembre de 2014

Mis sophomores de 2014

Una de las gracias de esta lista es comprobar cuantas series de mi top 10 de rookies de 2013 (I y II) están en esta lista de las mejores series de segundo año. El resultado de la comparación es bastante positivo. Sólo se han caído Masters of Sex y Orphan Black, que desde luego han pegado un bajón de calidad muy fuerte en sus segundas temporadas. Tampoco está Dates porque al final resultó ser una miniserie. A las 7 que repiten se suman 3 series que no metí en mi top de novatas el año pasado, las británicas My Mad Fat Diary (no la había visto), In the flesh y The Fall (no tenía claro que fueran a tener segundas temporadas aunque ya se hubieran anunciado, vivo en inopia).

10. Rectify (Sundance Channel)
La primera serie de Sundance Channel, una apología radical de la slow-tv, se ha confirmado este año como una rotunda serie de autor. A mí no me ha fascinado tanto como en su soberbia primera temporada, quizás la noté demasiado empantanada, por eso pasa del 4º puesto al 10º. Aún así, es un placer poder ver obras de este calibre, de esta osadía, como este relato sobre un condenado a muerte que sale de la cárcel, y como sus fantasmas interiores y sus enemigos exteriores lo muelen a palos. A él y a su familia.

9. Brooklyn Nine-Nine (FOX)
El año pasado la puse en el décimo puesto más como un voto de confianza que por haber demostrado merecerlo. Está feo echarse flores, pero acerté. Brooklyn Nine-Nine desde diciembre de 2013 no ha hecho otra cosa que mejorar hasta consolidar su estilo de humor y las dinámicas entre los personajes. Llegados a este punto voy a atreverme a decir que es mi sitcom favorita en antena (sin contar a Parks and Recreation). Larga vida a Jake Peralta and associates.

8. In the flesh (BBC)
A muchos la primera temporada de In the flesh nos conmovió. Yo la devoré en un tren en medio de Castilla e hizo que mi largo viaje fuera más corto y más bonito. Era una historia de zombies inteligente, diferente y sensible. Aún así, su segunda temporada me despertaba muchas dudas. Los primeros capítulos no me gustaron mucho, pero una vez que entré de lleno en la historia, o más bien en los regates de la misma, me volvió a ganar. Tengo muchas ganas de ver cómo la conducen en su tercer año. Gracias, BBC.

7. Orange is the new black (Netflix)
La dramedia de Jenji Kohan pasa del 4º en mi lista de rookies de 2013, al 6º puesto en esta de alumnas de segundo curso. Ya sin el efecto novedad, la serie ha logrado mantenerse a un altísimo nivel, sobre todo gracias a una poderosa villana, Vee, y una aún más grandiosa rival, Red. Ojalá el tercer año sea, por fin, el de las latinas.

6. The Fall (BBC)
Sin duda alguna The Fall (más allá de los finales de Sons of Anarchy y The Newsroom) ha sido la gran sensación seriéfila del final de año. Todo son alabanzas para estre thriller psicológico-policiaco protagonizado por Gillian Anderson y Jamie Dornan. Este toma y daca entre un asesino en serie muy perturbador y la detective obsesionada con darle caza. Pocas series son más perturbadoras. Pocas por no decir ninguna. Parecía difícil mantener la tensión (y el aire enfermizo) del primer año, pero no sólo lo han logrado, sino que la han multiplicado. Excelente.

5. My Mad Fat Diary (E4)
¡Qué serie más maravillosa! Triste, graciosa, tierna, ingeniosa. ¡Y qué música! Le haría el amor con todo el cariño del mundo a su BSO. La historia de caída y catarsis de Rae (soberbia Sharon Rooney) me impactó muchísimo. Una de las series con las que más disfruté este año. Sin duda. Con su final aplaudí de felicidad. Ojalá más series así, series que te insuflen la necesidad de vivir, de tener esperanza.

4. The Americans (FX)
En su segundo año esta historia de unos espías soviéticos viviendo el american way of life en la era Reagan, ha consolidad su estilo (narrativo, ideológico) en este segundo año. A The Americans le da igual ser anticlimática, zambullirse en cuestiones peliagudas como la religión o ser fría como el hielo. A mí también me da igual, mientras siga siendo un drama tan sólido, y sobre todo tan interesante, que te crea tantas dudas interiores.

3. Please Like Me (ABC2)
En ninguna lista veréis a la serie de Josh Thomas en una posición tan alta. Yo mismo reconozco que es muy cuestionable colocarla en este podio por delante de series como The Americans o The Fall. Pero no he podido evitarlo. Sin duda Please Like Me ha sido uno de los más cálidos y graciosos happy places de mi año. Me ha abrazado y me ha hecho sonreír cuando más lo necesitaba. ¿Tiene defectos? Sin duda. Pero se los perdono todos porque conecto mucho con ella. Y más este año, gracias a esa historia de amor imposible. Thomas no es tan profundo como Lena Dunham, pero es más tierno. Sube 3 puestos desde el 6º lugar del año pasado.

2. Hannibal (NBC)
El año pasado dije que era la 9ª mejor serie de estreno. Este año la coloco de 2ª en esta lista. Creo que la evolución está clara. El crecimiento de Hannibal ha sido descomunal. Abandonando el formato procedimental se ha vuelto una serie más contundente, más redonda, mejor planeada. Una joyita audiovisual (esa fotografía, esa música, ese trabajo de dirección), jodidamente retorcida. Que las dos series más perturbadoras de la televisión: The Fall y Hannibal, cuenten en sus repartos con Gillian Anderson no puede ser casualidad. Y menos teniendo en cuenta que Anderson viene de X-Files.


1. House of Cards US (Netflix)


Pues sí. House of Cards fue mi rookie de 2013 y ahora es mi sophomore de 2014. Para mucha gente es una serie fallida, grandilocuente, condescendiente y pretenciosa. Posiblemente tengan razón. Pero también es, por lo menos para mí, una ficción brillante sobre las tinieblas del poder. Sobre el ansia de poder. Ha sido la serie que he devorado este año con la necesidad de un yonki robando morfina. A mí me encantan los thrillers políticos, desde luego soy un espectador cautivo. Es una serie que disfruto y que no quiero que termine nunca. El ascenso de Frank Underwood en la ciénaga política de Washington ha sido toda una experiencia. Veremos qué tal se le dar mantener lo conquistado.

Mención especial: The Comeback (HBO)


Al igual que todas las series de esta lista, The Comeback emitió su segunda temporada en este 2014, sin embargo, no fue su segundo año de vida, ya que la primera temporada se pudo ver en HBO en el verano de 2005. En una de las resurrecciones más sorprendentes (y necesarias) que yo recuerde, la serie de Lisa Kudrow (mis respetos) ha vuelto para hacerme feliz. Una sátira metatelevisiva divertidísima e inteligente. Homenaje y crítica furibunda a la basura televisiva, a la comercialización de la vida y a la banalización del mundo del espectáculo. Valerie Cherish es, para mí, un icono televisivo.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Mis 10 miniseries de 2014

10. 24: Live another day (FOX)
Volvió Jack Bauer y con él volvieron todas las contantes del formato 24: acción a raudales, malos malísimos, politiqueo de alcantarilla, topos y macro-conspiraciones. Tras una primera mitad bastante anodina dónde nos estuvieron enredando en un ataque islamista sin mucho nervio, pasamos a una segunda parte soberbia, al nivel del mejor 24. Nunca, jamás, te fíes de los rusos (primera mención).

9. The Spoils of Babylon (IFC)
Cuando hice mis Emmysalternatives ya dije que la gracia de esta miniserie residía en lo travieso que es su propio concepto. Hacer una parodia de las películas río- bigger than life, tipo Giant (Stevens, 1956), en formato miniserie/sitcom con capítulos de 20 minutos y humor muy absurdo. A mucha gente le parecerá basura. A mí me hizo llorar de risa. 

8. 1864 (DR)
Quizás estemos ante la serie que más se desinfló en el 2014. El equipo de (todos en pie) Borgen haciendo una enmienda a la totalidad de la historia reciente de Dinamarca, era desde luego un must see de este año. Hasta el 6 capítulo rayó a un nivel soberbio, sobre todo cuando reflejaba lo enfermos de poder que estaban los políticos daneses, que se creían bendecidos por el poder divino. “Y del cielo bajó la bandera danesa, somos el pueblo elegido”. Sin embargo cuando nos enfrascamos de llenos en la guerra prusiano-danesa la serie empezó a deshilacharse, básicamente porque el triángulo amoroso central era previsible y carecía de toda profundidad. Una pena. Aún así es una serie interesante porque abre muchos terrenos de debate ligados a la religión y sobre todo a los conceptos de nación y estado.

7. Sonic Highways (HBO)
Esta miniserie documental sigue a los Foo fighters a lo largo de 8 capítulos, en el proceso de grabar su nuevo álbum, por 8 de las ciudades americanas más importantes en el terreno musical. De Los Ángeles a New York, pasando por Chicago o Nashville. Es un viaje por la cultura musical yankee. En una hora de duración no se puede ahondar demasiado en el alma de cada ciudad y de la música que la recorre, aún así es una miniserie muy interesante. Mi capítulo favorito, claro está, el de New Orleans.

6. The Game (BBC America)
Otra historia de espías en la Guerra Fría. Y otra que vuelve a funcionar, sobre todo en sus 3 últimos capítulos. El formato parece ser eterno, y con el regreso de las tensiones entre Occidente y Rusia, está más vivo que nunca. Una conspiración soviética fina y elegante para apoderarse de UK. Oh sí.

5. Cosmos: A SpaceTime Odyssey (FOX)
Había ganas de ver el nuevo Cosmos, una serie documental de entretenimiento sobre lo que es la ciencia en nuestros días. Y por lo menos a un servidor, no lo defraudó. Una bonita e inteligente forma de acercar a las nuevas generaciones al fascinante campo de la investigación científica. ¡Qué inmenso es el universo y qué perdidos estamos en él!

4. P’tit Quinquin (ARTE)
Sin duda alguna, la miniserie de autor del año. La tan sublime como ridícula P’tit Quinquin, del casi siempre delirante Bruno Dumont, uno de los grandes enfant terribles del cine actual. Mi experiencia previa con Dumont era bastante mala tras ver ese despropósito de nadería que es Hors Satan y, ese policíaco imposible llamado L’humanité. En esta miniserie para el canal ARTE vuelven a estar todos los elementos habituales del cineasta: lo incomprensible, lo incómodo, lo feo, lo aleatorio de la vida en un ambiente rural muy enfermo. Pero salpicado por secuencias soberbias, como la del arranque o la de la misa. P’tit Quinquin a veces te hará reír, siempre te turbará.

3. The Normal Heart (HBO)
He aquí la pequeña trampa de la lista. The Normal Heart no es una miniserie, es un telefilme, pero no me parecía bien dejarla fuera de la lista, porque desde luego la película de Ryan Murphy para HBO ha estado entre lo mejor del año. Las luchas dentro de la comunidad gay sobre la estrategia a seguir para combatir la epidemia del SIDA en los 80 era un tema poderoso, pero también peligroso. The Normal Heart lo afronta con sensibilidad pero también con dureza. ¿Nos faltaron cojones? Seguramente sí.

2. The Honourable Woman (BBC/Sundance Channel)
Si hice esta lista, además de porque soy un jodido enfermo obsesionado con hacer listas, fue porque había dos miniseries que necesitaba mentar como lo mejor del año. La primera es esta coproducción entre BBC y Sundance Channel, escrita y dirigida por Hugo Blick (The Shadow Line). A través de 8 capitulos el thriller de espías, el thriller político, el drama psicológico y el drama familiar se van fundiendo hasta alumbrar una de las grandes sorpresas del año seriéfilo. La brutal historia de una mujer (Maggie Gyllenhall, descomunal) que lucha por conseguir la paz entre Israel y Palestina, mientras arrastra su terrible pasado, y se ve apaleada en medio de una guerra con intereses económicos y políticos de por medio. En The Honourable Woman no vemos un “buenos contra malos”. La política internacional es mucho más compleja que eso. Para lograr la paz hay que derramar mucha sangre antes.

1. Olive Kitteridge (HBO)


Una de las ficciones que más me han impactado este año. Por no decir directamente que esta miniserie dirigida por Lisa Chodolenko ha sido el drama que más me ha destrozado en 2014. La historia de una mujer incapaz de exteriorizar sus sentimientos y que emplea el cinismo como escudo. Triste, delicada, inteligente, dura, profunda. Todo eso es Olive Kitteridge, tanto la ficción como el propio personaje que en una especie de milagro interpretativo encarna Frances McDormand. La mejor interpretación femenina del año, con permiso de Julianna Margulies y la anteriormente mentada Maggie Gyllenhaal. Sin duda alguna una de las mejores miniseries que ha hecho HBO. Y eso son palabras mayores. Si yo votara en los Golden Globes, optaría por ella antes que por True Detective y Fargo. Sí, lo he dicho.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Mis 10 rookies de 2014

Ha sido muy difícil hacer esta lista, porque quizás 2014 ha sido el año televisivo con mejores estrenos que he vivido jamás. Me he dejado fuera varias series que me encantan, como Happy Valley, The Missing y sobre todo, You're the worst, entrañablemente irónica.


10. Looking (HBO)
A mucha gente Looking le pareció una decepción mayúscula. A mí no. Es verdad que sus primeros capítulos son bastante mediocres, pero desde el episodio embotellado de Jonathan Groff y Raul Castillo la serie se convirtió en una ficción muy interesante, y sobre todo, sensible. Esta historia de unos amigos gays en San Francisco fue, para mí, un lugar calentito donde acurrucarme y pensar en mi vida. Pensar en los miedos, las frustraciones, los sueños… La disfruté un montón.

9. The Knick (Cinemax)
Este drama médico de época dirigido por Steven Soderbergh es casi como una sacudida violenta al panorama seriéfilo. Arriesgado y gélido tanto formal como narrativamente.  A ratos repulsivo y a ratos hipnótico. Esta serie es como un bisturí que se adentra en nuestro cuerpo sin ningún miramiento. Cortando y punzando. A mí a veces me sacaba del relato, o yo me salía. Hacía que me sintiera muy perdido. En cambio en otras ocasiones no podía quitar los ojos de la pantalla. Es una fascinante y sucia aproximación a la medicina avanzada en tiempos primitivos. Pero también al problema racial, por ejemplo.

8. Gomorra (Sky Italia)
El mundo seriéfilo se rige por un aplastante anglocentrismo, en el que el 90% de series que vemos son o yankees o british. Por eso cuando una serie no anglófona irrumpe en dicho mundo, muchos nos lanzamos a verla con la nítida intención de quererla. Antes fueron series escandinavas como Bron/Broen o Borgen, o series francesas como Les Revenants, este año la gran serie de habla no inglesa, por lo menos en repercusión, fue sin duda Gomorra, que aún así es una producción de un canal subsidiario de Robert Murdoch. Esta historia de un clan mafioso en Nápoles ha sido, sin duda alguna, un placer. El poder lo abrasa todo.

7. Broad City (Comedy Central)
En mi afán por demostrarme a mí mismo que puedo contenerme, devoré Broad City en dos días, en lugar de en una madrugada. Conecté al instante con esta versión en modo despiporre on de las Girls de Lena Dunham. Sin duda alguna fue la serie con la que más me reí este 2014. Las aventuras y desventuras de Abbie e Ilana, unas veinteañeras a la deriva, en el New York de las 1000 oportunidades, son un placer de ver y disfrutar. Jamás olvidaré la secuencia de "he meado un condón".

6. The Affair (Showtime)
Ella dijo, él dijo, posiblemente ambos mintieran. Este drama sobre dos matrimonios en crisis que implosionan por un affaire de verano, ha sido la gran revelación de este otoño seriéfilo. Un juego narrativo en el que en el espectador nunca sabe dónde está, si algo de lo que le cuentan es cierto, si ha caído en la trampa. Además, The Affair es un relato desolador sobre las grandes y pequeñas fracturas que nos van transformando lentamente. A nosotros mismos y a las personas a las que amamos. Esperemos que no se les vaya de las manos, por ahora es una serie notable.

5. The Leftovers (HBO)
Había bastantes ganas de fustigar a Damon Lindelof y sin embargo, tras un inicio tibio, The Leftovers terminó convirtiéndose en un drama soberbio sobre lo herida que está nuestra sociedad. En un segundo desaparecen millones de personas y los que quedan en el mundo, los restos, se sumen en una honda crisis. Este drama de personajes nos muestra a un grupo de zombies sociales vagar lenta e inexorablemente hacia la desesperación. Sin rumbo, solos incluso cuando están acompañados. Si es que somos tan frágiles…

4. Halt and catch fire (AMC)
Aunque la serie anterior terminó por eclipsarla, en cuanto a exposición tanto en medios como en redes, este drama sobre los pioneros de la informática personal en los años 80, fue mi gran placer del verano seriéfilo. Una serie fascinante sobre hombres y mujeres que ante ponen sus ideas y su ambición ante todo. Una ficción sobre la pasión por inventar algo nuevo, por avanzar hacia el horizonte. Formalmente soberbia, con un reparto y una galería de personajes muy interesantes, Halt and catch fire fue todo un placer. Le ha costado a AMC, pero ha vuelto a dar a luz a una serie buena de verdad.

3. Transparent (Amazon)
Por fin Amazon dio con la tecla adecuada gracias Transparent, una comedia dramática de autor sobre una familia peculiar que se ve sacudida por la decisión del padre de ser lo que siempre quiso ser: una mujer. La serie de Jill Soloway aborda con mucha sensibilidad los miedos y esperanzas de una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre durante toda su vida, y las consecuencias que ello tiene no sólo en su vida, sino también en las de sus hijos. Es una aproximación brillante tanto a la familia como a la sexualidad.


2. Fargo (FX)
¿Coger lo mejor del mundo de los Coen, hacerlo tuyo y crear una historia completamente diferente pero que mantenga lazos respetuosos con su relato padre? Guau Noah Hawley, te has lucido. La primera temporada de Fargo ha sido adictiva y brillante, ha ido de menos a más hasta desembocar en una traca final de episodios de una tensión increíble. Ha generado un grupo de personajes llamados a ser recordados durante décadas. Yo era muy escéptico, pero no podía estar más equivocado, Fargo es una serie descomunal. Un regalo para los que disfrutamos con las buenas historias tanto como con los productos visualmente cuidados al milímetro.


1. True Detective (HBO)


Tras el boom inicial que la elevó a obra maestra instantánea, se ha ido consolidando una corriente que le resta méritos a la serie de Nic Pizzolatto, como respuesta a ese sobre-dimensionamiento. Ni tanto ni tan poco. True Detective no es el mesías que la televisión esperaba, pero desde luego sí es una gran serie. Oscura, enigmática, profunda, adictiva. Yo vi sus ocho capítulos en estado de trance. Es verdad que la disfruté más al principio que al final, al contrario que Fargo, pero aún así me parece una apuesta, tanto formal como narrativamente, espectacular.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Mis 10 series que murieron en 2014

10. The Crazy Ones (CBS)
Sin llegar a demostrar nunca que era una gran sitcom sí tenía el potencial para llegar a serlo. Además de una química enorme entre sus protagonistas, sobre todo entre Robin Williams (<3) y James Wolk. Estos locos publicistas de Chicago de vez en cuando despuntaron y lograron hacerme reír. 



9. Raising Hope (FOX)
Hope fue durante varias temporadas la sitcom más infravalorada de la televisión yankee. En su cuarta y última tanda de episodios no estuvo a la altura de su propio nivel, pero aún así, esta aproximación a la América blanca de clase baja siguió siendo una serie entrañable, de esas a las que quieres abrazar.



8. Trophy Wife (ABC)
La sitcom familiar que ABC llevaba tiempo buscando pero que no supo ni titular ni programar. Si Trophy Wife se hubiera emitido con The Goldbergs, The Middle y, sobre todo, Modern Family, hubiera sobrevivido. Esta serie sobre una chica que se casa con un hombre con tres hijos y dos ex - esposas  chifladas resultó ser tierna y divertida. Una pena.


7. How I met your mother (CBS)
La temporada final de HIMYM ambientada en un solo fin de semana, se hizo bastante pesada, pero aún así tuvo momentos divertidos, la madre resultó todo un acierto, y el final, aunque precipitado, fue consecuente con lo que de verdad estuvo contando la serie a lo largo de tantos años. Tenía que haberse terminado mucho tiempo antes, pero aún así, HIMYM ha sido una sitcom muy relevante.

6. The Bridge (FX)
El remake americano de Bron/Broen nunca estuvo a la altura del original escandinavo, pero era una serie que se movía en un microclima político, social y económico interesantísimo. Se merecía mejor suerte en cuanto a audiencias de la que tuvo. Ojalá pronto otra serie se asome a los infiernos de la frontera entre USA y México.


5. Sons of Anarchy (FX)
Al igual que HIMYM, Sons of Anarchy ha sido, en el terreno del drama, una serie muy relevante en la última década televisiva. Una de las series emblema de lo que yo llamo la segunda generación de ficciones de la 3ª Edad de Oro. Esa protagonizada por escritores que se formaron en serie de la primera generación. En este caso el polémico Kurt Sutter, que salió de The Shield para alumbrar este culebrón para hombres entre Shakespeare y el sucio motel de carretera llamado Sons of Anarchy. Tenía que haber durado menos temporadas pero esta última entrega fue un buen broche final. Sutter unchained, like usual.

4. Silk (BBC)
Se ha ido Martha Costello, y con ella se ha llevado un trocito de mi corazón. Tras cuatro primeros capítulos soberbios, centrados en un caso, siguiendo el molde habitual de la serie, esta temporada echó el cierre con dos capítulos que condujeron a Martha Costello por territorios bastante absurdos. Un deus ex machina que no entendí, que no quise entender. Si ese pastiche final, estaría muy alto en esta lista, y posiblemente en la lista de mejores series del año. El mejor drama puramente judicial (The Good Wife es otra cosa) que he visto.

3. The Newsroom (HBO)
He hecho recap de esta última temporada de The Newsroom así que tengo muy poco que añadir a lo dicho por mi yo del pasado. He disfrutado la serie como un enano, incluso cuando hacia las cosas tan mal que me indignaba.

2. Boardwalk Empire (HBO)
Un final redondo para una serie que nunca lo fue. Ofrecer una primera parte de su temporada lenta, de construcción, para luego regalar una segunda parte de explosión sobre explosión, le costó muchos espectadores a la serie de Terence Winter. En mi opinión, la paciencia merecía la pena. Cuando Boardwalk Empire era buena, era una de las mejores y más contundentes series de la televisión. Técnicamente impecable, emocionalmente devastadora.
                                                                           - En zappingmagazine.com: Relato de una caída


1. The Killing (AMC)


Cuando The Killing se libró de la larga sombra de su serie original, la danesa Forbrydelsen, voló. Tanto su tercera como su cuarta temporada fueron fabulosas. Estos 6 capítulos finales (esta vez de verdad) sobre Linden y Holder con un caso muy perturbador y las consecuencias del incendio del final de la T3, fueron uno de los grandes placeres de mi año seriéfilo. Larga vida a Linden y Holder.