viernes, 29 de agosto de 2014

10 años intentando arreglar el conflicto entre Israel y Palestina: De The West Wing a The Honourable Woman

Esta semana, Israel y Hamas han llegado a un acuerdo para establecer un alto el fuego indefinido en la Franja de Gaza. A la vez hemos leído que el presidente palestino, Mahmud Abbas, está trazando un plan para declarar unilateralmente el Estado de Palestina circunscribiéndolo a las fronteras de 1967: Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este como capital. De cara a obtener el apoyo de la comunidad internacional y el reconocimiento por parte de la ONU, salvando el veto de Estados Unidos que vería con buenos ojos esas fronteras.

La paz cuesta

En una de esas oportunas coincidencias que pasan de vez en cuando (por ejemplo, Masters of Sex hablando de racismo en Missouri a finales de los 50 mientras el racismo sigue muy vivo en el Missouri de 2014) BBC emitió The Honourable Woman mientras Israel invadía Gaza. Esta serie de 8 episodios, escrita y dirigida en su totalidad por Hugo Blick (vamos, como fusionar a Pizzolatto y Fukunaga en un solo hombre), entra de lleno en el conflicto entre Israel y Palestina, repartiendo ostias a diestro y siniestro. Sobre todo a Estados Unidos.

Precisamente, en el gran valedor de Israel, hace justamente 10 años la The West Wing post-Sorkin se atrevió a intentar arreglar el conflicto. La trama, que monopolizó el final de la quinta temporada y el arranque de la sexta, fue un fascinante juego de política ficción. Una década entre dos ficciones muy diferentes, un mismo e irresoluble conflicto. Si en The West Wing se plantea desde una dimensión política y militar y desde una óptica idealista. En The Honourable Woman se hace desde el mundo del espionaje y el terrorismo y con una visión cínica y pesimista del mundo.

Se encuentran dos hombres, un pesimista y un optimista, y el primero le dice al otro “el conflicto entre Israel y Palestina no puede ir a peor” y el optimista le contesta “sí, sí puede”. Esta “chiste” lo contaban en The West Wing en uno de los capítulos centrados en esa historia. Es el conflicto que siempre puede ir a peor y en el que más está involucrado occidente porque tanto Reino Unido como Estados Unidos son responsables del mismo.

En The Honourable Woman se propone una resolución del problema oscura, violenta, una conspiración truculenta para llegar a un fin puro: la paz. En The West Wing en cambio todo gira en torno al diálogo de paz, conversaciones, Camp David, cesiones de ambas partes. Sin embargo ambas lanzan una terrible hipótesis, para que deje de derramarse sangre, primero habrá que derramar más. Ambas presentan un ataque terrorista que hace que los actores en liza: Israel, Hamas, Fatah y Estados Unidos, tengan que posicionarse y resituarse en las coordenadas político-estratégicas. Ambas también sostienen que toda solución pasa porque Estados Unidos cambie su actual política con respecto a Oriente Próximo y su apoyo sin fisuras a todo lo que haga Israel. Si en The West Wing, una serie americana, el empeño del Presidente conducía hacia un proceso real de acuerdo entre ambos bandos; en The Honourable Woman, una serie británica muy oscura, el papel de Estados Unidos es mucho más complejo (y desagradable), llevando a su máxima expresión lo de “el fin justifica los medios”.

Un Presidente imposible, un Arafat ficticio

Como consecuencia de sus diferentes tonos y géneros, en The West Wing se aborda una resolución total del conflicto, una negociación sobre las fronteras, los ejércitos y sí… Jerusalén. Al final del proceso lo único que queda por acordar es que hacer con Jerusalén, la joya de la corona, objetivo irrenunciable para ambos bandos. Sin embargo, en estos 10 años el conflicto se ha complicado más. En estos 10 años Israel ha seguido expandiéndose y creando colonias por territorio Palestino con el beneplácito de unos Estados Unidos cuya única acción es decir que eso está mal, como si fuera una madre regañando a su hijo por obligación ante la mirada de desconocidos. Cada nueva colonia es una losa más de cara a llegar a una resolución. Si lo que por lo visto quiere proponer Abbas de volver a las fronteras del 67 se llevara a cabo, Israel tendría que desalojar de sus casas a más medio millón de colonos judíos. 600.000 para ser exactos. Esa acción implica un coste político (y económico también, ojo) inasumible para un gobierno israelí, no ya para este gabinete de derecha radical, para cualquiera, la sociedad israelí está demasiado obcecada, encerrada en sí misma como para darse cuenta de que se han convertido en algo que deberían odiar.

Quizás por todo esto, The Honourable Woman nos presenta a personajes idealistas a los que la vida, y la realpolitik, los va destrozando a lo largo de sus capítulos. Lente e inexorablemente vemos como la protagonista, Nessa, interpretada por una soberbia (mejor que nunca, me atrevería a decir) Maggie Gyllenhaal, va deshaciéndose por dentro mientras sólo es capaz de conservar la fachada de sí misma. Una mujer honorable agarrada a una idea, la paz, rodeada de lobos que la usan como a la Reina en el ajedrez, para cualquier cosa con tal de salvar al Rey. Showtime promocionó la segunda temporada de Homeland con el slogan “Why kill a man when you can kill an idea?” y en el caso de esta serie podríamos decir “¿Por qué no matar a un hombre para poder realizar sus ideas?”. Si en The West Wing, un hombre era lo suficientemente grande para arreglar uno de los conflictos más enconados del planeta, en The Honourable Woman nos dicen que por muy grande que sea una persona, este conflicto lo devora en su inmensidad.

El drama político de NBS presenta a la política exterior como arma de transformación ligada a los compromisos y los acuerdos. A la negociación. En cambio el thriller de espías de BBC, nos dice que la política exterior ahora, como en la Guerra Fría, se vuelve a jugar en el terreno de los agentes, las conspiraciones y las acciones encubiertas. Las palabras no producen actos, los actos producen palabras. La política exterior post-11S es una enorme ciénaga en la que te tienes que llenar de lodo hasta el cuello si quieres obtener éxitos. Este retorno a la escéptica y peligrosa Guerra Fría lo dibuja muy bien la serie de Blick gracias a los personajes que interpretan los fantásticos Stephen Rea, Janet McTeer y Eve Best, esos tres poderosos y oscuros actores del espionaje británico. De hecho el personaje de Rea es un trasunto transparente del George Smiley de John Le Carré: quemado, taciturno e inteligente. En The West Wing había unos héroes (los yankees) y unos cabezones (los israelís y los palestinos), en The Honourable Woman nadie es bueno ni malo, nadie tiene la razón absoluta, todos tienen sus motivos y sus métodos, a menudo muy oscuros. Sí, definitivamente estamos volviendo a la Guerra Fría.

PD: Me gustaría escribir sobre The Honourable Woman largo y tendido y entrando de lleno en ella. Por si no lo hago quiero decir que es una historia escrita con precisión y hondura, y dirigida con mucho estilo, clavando sus raíces en las formas del cine negro y el thriller político. Junto con True Detective, Fargo, Halt and catch fire y Gomorra, es uno de los 5 mejores estrenos televisivos de estos 2/3 de 2014 que ya hemos dejado atrás.

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