martes, 1 de julio de 2014

Eva Green que estás en los infiernos...

PENNY DREADFUL - Primera Temporada


El pasado duele

Una de mis películas favoritas españolas es un drama intimista que dirigió Pilar Miró en 1981, cuya protagonista absoluta es Mercedes Sampietro en el papel de una periodista perdida en la soledad. La película tiene el maravilloso (por no decir milagroso) título de Gary Cooper, que estás en los cielos... Recuerdo que la cacé ya hace mucho tiempo una noche en La 2 (¿dónde si no?). Y a partir de ahí me obsesioné tanto con ella como la protagonista con Gary Cooper. O como el personaje principal de Penny Dreadful, Mrs. Ives, con los demonios exteriores… e interiores. Este domingo, a la vez que HBO lanzaba su estreno del verano, The Leftovers, Showtime, la otra gran cadena de cable premium, ponía punto y final a la primera temporada de su nueva ficción primaveral, el drama gótico Penny Dreadful, creado y escrito por el guionista John Logan.

La propuesta de Logan se cimenta en mezclar la tradición de los relatos terroríficos de cuestionable calidad con las grandes obras literarias inglesas del S.XIX de corte fantástico. Poner a bailar a hombres lobos con Dorian Gray. El reto de Penny Dreadful era hacer un producto con una esencia de serie B, pero rodado con la elegancia de un drama de qualité. Y lo logra. Más allá de si uno compra o no compra el relato fantástico (y fantasmagórico) que la serie presenta, la apuesta formal es formidable. Desde los dos primeros capítulos, dirigidos por J.A. Bayona, la serie ha tenido un empaque visual espectacular. Hermosamente lúgubre. De una belleza lánguida, como la de su protagonista, Eva Green. Este drama victoriano no nos ha descubierto nada que muchos ya supiéramos desde hace 10 años, pero aún así, guau Eva Green, guau.

En el año 2003, Bernardo Bertolucci, uno de los cineastas europeos vivos más relevantes, estrenó The Dreamers, una historia ambientada en el 68 parisino, que giraba en torno a tres temas: el cine, la política y el sexo. Y que tenía a su vez tres protagonistas, los desconocidos hasta ese momento Louis Garrel, Michael Pitt y Eva Green. Como es, no sólo una de mis películas favoritas, sino también una de las películas de mi vida, he arrastrado durante todo este tiempo mi amor por ellos. Sobre todo por Green. Recuerdo las primeras veces que vi la película siendo un adolescente que cuando ella estaba en el plano, no había nada más, era turbadoramente deslumbrante. Esa luminosidad juvenil ha dejado paso a un halo de misterio que impone. Impone mucho. Por eso mismo, Penny Dreadful le ha llegado a Eva Green en el momento adecuado de su carrera. Ya tiene la entidad dramática necesaria como para afrontar a Mrs. Ives, o más que a Mrs. Ives a los múltiples monstruos que la habitan. Así, la serie es ante todo el show de Eva Green, la mayor exhibición interpretativa de una actriz en la televisión actual (sólo superada por las Maslany de Orphan Black). Muy fácilmente se podría haber estrellado en todas las secuencias de posesión que tiene, que no son pocas precisamente, incluido el 1x07, un episodio totalmente poseído, y oh, milagro, no sólo no lo hace, sino que se recrea en su éxito, en su osadía. Penny Dreadful es ante todo un salto interpretativo sin red, un papel de esos que marcan una carrera, de esos que agotan a un actor, que necesitan que este ponga todas las cartas sobre la mesa. Sólo por disfrutar de la fragilidad y la fiereza, la rabia, el derroche, que imprime a su Mrs. Ives, vale la pena la serie. No hacía falta nada más.

El retrato de Dorian Gray

Pero siendo justos, y aunque lo mejor de la ficción de Showtime sea Eva Green, en Penny Dreadful hay muchas más cosas. Un mundo interesante, un grupo de hombres asediados por sus errores pasados (que se lo digan al Dr. Frankenstein que interpreta Harry Treadaway), unas secuencias de acción sucias, y una viscosa sensación de que el mal está en todas partes y en todas las personas. Me gusta especialmente ese dibujo que hace de la sociedad victoriana como una sociedad enferma, truculenta, desde las apuestas de perros que asesinan a ratas (¡vaya secuencia!) hasta el tratamiento de las relaciones sexuales, violentas, asépticas, inhumanas. Como si el sexo fuera un hechizo. Cuestión que se ve muy bien en la secuencia de música y absenta en la casa de Dorian Grey (Reeve Carney, no tiene el magnetismo necesario) en el 1x04.

También es importante señalar que Penny Dreadful crece cuando tira de flashbacks o de posesiones. Cuando juega a ser más sueño que realidad. Por eso el mejor capítulo es el 5, Closer than sisters, que nos explica quiénes son Mrs. Ives y Sir. Malcolm (Timothy Dalton cumple), por qué buscan a la hija de éste y como han llegado hasta el punto en el que arranca el relato. Y también por eso todo lo que rodea a La Criatura (Rory Kinnear, irreconocible) es tan fascinante, porque tiene ese halo de ciencia ficción clásico, de cuento gótico, de miedo y maravilla. Sin embargo, han sabido dotar de complejidad a aquellos sectores de la ficción menos fantásticos, sobre todo al Ethan Chandler de Josh Hartnett (no será el mejor actor del mundo, pero este personaje lo clava), un pistolero de poca monta que podría haber quedado en mero esbozo y que sin embargo es un personaje atormentado muy interesante. A modo de conclusión, aunque la season finale la noté un poco falta de energía, de fuerza, de impacto, el balance final es muy positivo. Siendo sinceros no me esperaba nada de esta serie y sin embargo ha demostrado ser una ficción consistente, a veces incluso hipnótica. Con los personajes y las reglas de juego ya planteadas, su segunda temporada puede ser aún más interesante.

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