sábado, 14 de diciembre de 2013

La aliasización de Escándalo, la escandalización del Show de Coñi y Panetone y el Globo de esta última

SCANDAL / NASHVILLE


Connie pensando en un pueblo de Texas de cuyo nombre no quiere olvidarse

Esta semana ABC, la cadena de las señoras de Omaha (el equivalente americano a las señoras de Cuenca españolas), ha mandado a sus palacios de invierno a dos de sus culebrones más ilustres, el Scandal (Escándalo) de Shonda Rhimes y el Show de Coñi y Panetone ambientado llamado muy originalmente Nashville. Lo ha hecho firmando dos capítulos muy pasados de rosca (marca de la casa), pero para sorpresa del personal Nashville le ha ganado la partida a Scandal en cuanto a cuota de locura en los minutos finales. Lo cual no hace más que confirmar lo que veníamos viendo a lo largo de esta temporada, Nashville se está escandalizando, y le está sentando muy bien eso de abrazar definitivamente su condición de culebrón trash bañado en bourbon y antidepresivos.

En la capital del gran estado de Tennessee todo el mundo se acuesta con todo el mundo, la traición está a la vuelta de la esquina, los personajes que se incorporan cada vez son más tróspidos, los líos familiares más imposibles, las tramas político-empresariales más absurdas y la música... la música bien, gracias, es lo único serio de la serie. Es tan de agradecer el mal gusto de los estilismos y los giros narrativos como el buen gusto de la selección musical.

Tras coquetear con la idea de ser una obra televisiva seria a lo largo de su primera temporada, y fracasar en el intento, reconforta ver como definitivamente saben qué serie quieren hacer. O más bien que serie quieren hacer todos los involucrados menos Connie Britton, que está redefiniendo el concepto de conducir con el piloto automático. Ante la negativa de Kyle Chandler, Jason Katims y Peter Berg (entre otros) a hacer la película de Friday Night Lights (clear eyes, full hearts, can't lose!)que cerraría el círculo cine-tele-cine, Connie Britton, hasta el coño, ha decidido ser más Coñi que nunca, lo cual podría parecer malo, pero en realidad no lo es, no necesitamos que se tome en serio a sí misma, la diva (sin voz) del country Rayna James no es un personaje serio.

En las antípodas parece estar su co-protagonista, Hayden Save the cheerleader Panettiere, Panetone para los amigos. Si Coñi está atrapada (todo por la pasta) en una serie que no le gusta y en un personaje que no comprende (¿puede alguien hacerlo?), Panettiere, que sí sabe cantar, está en su salsa, con una carrera a la deriva tras la debacle que terminó siendo Heroes, Nashville es su bote de salvación, y se está agarrando a él como el tigre Richard Parker en Life of Pi (Lee, 2012). Y por segundo año consecutivo, la HFPA (la asociación de la prensa extranjera en Hollywood, VVC, Viejos Verdes y Corruptos para nosotros) la ha nominado al Golden Globe a mejor actriz de reparto. Y este post pretende ser un for your consideration de su candidatura. ¿Por qué? 1. Por el bien de las risas. 2. Porque realmente se lo merece teniendo en cuenta que sus rivales son una señora de un telefilme que nadie ha visto ni nadie verá; Janet McTeer, tan cargante y poco creíble como siempre en ese error bbcero que fue The White Queen; Sofia Vergara por hacer de herself y Monica Potter por interpretar en Parenthood a la líder política, madre amantísima, entregada esposa y survivor sin igual, Kristina Braverman... NO. Esta categoría es el gran cuadro de estos Golden Globes y viendo la fauna, casi que el mejor ejemplar es Hayden Panettiere, que saca adelante con mucha entrega a una especie de Taylor Swift que intenta tomarse en serio a sí misma.

Kerry Washington en el baño tras el final de la gala de los Emmys

Nominada a un Golden Globe, pero como protagonista, está también Kerry Washington, la divarraca negra televisiva definitiva. Y su Olivia Pope no da patadas (aún) pero cada día su laberinto personal se parece más al de Sydney Bristow en Alias (JenniGa, siempre en nuestros corazones... NO). Shonda ha decidido esta temporada que ella pervivirá dónde otros perecieron (véase Mike Kelley en la segunda temporada de Revenge): en las macro-conspiraciones con elementos familiares de por medio, el modelo Alias. Para ello ha fichado a una actriz seria, Khandi Alexander, y ha abandonado lo procedimental. ¿Acierto o error? Aún es muy pronto para sentenciar. A mí siempre me ha parecido que lo más divertido de Scandal son los líos político-sexuales patilleros, las tramas de supuesta dimensión política ridículas y los affaires sexuales expuestos ante una prensa que más que nunca es un cúmulo de ratas. 

Pero he de reconocer que al contrario que Revenge, Scandal está sabiendo llevar con cierto interés la trama de la organización ultrasecreta mumala. Lo mejor de la temporada, además de cada aparición de Mellie (Diosa), ha sido la trama de Lisa Kudrow, que aún siendo generalmente absurda era interesante y entretenida. Quiero aclarar que cuando digo "lo mejor" no quiero decir bueno, quiero decir divertido. Scandal no es una serie buena aunque el AFI (American Film Institute) la juntara en su lista de las 10 mejores series del año con 9 genialidades. Scandal es un producto muy loco, muy absurdo, muy gracioso, muy adictivo y muy insustancial aunque Shonda crea estar haciendo lo contrario. Un día dije que Scandal era Gossip Girl meets The West Wing, y lo mantengo, aunque cada vez con menos cantidad de la segunda y más cantidad de Alias.

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